Previo al enfrentamiento en la Energa Cup en Gliwicie, Polonia, donde el combinado nacional se enfrentará al rankeado en 13° por FIBA, me di a la tarea de investigar, cuál es el lugar de México en esta historia, que no parece existir en demasía entre países tan apartados en el globo terráqueo.
La historia dicta (hasta donde logró llegar mi investigación) que México posee un fantástico y sorpresivo récord de 5-0 sobre la selección polaca, siendo la epítome de éstas, el primer encuentro que sucedió un 14 de agosto de 1936 en los Olímpicos de Berlín, donde México venció 26 por 12 a Polonia para adjudicarse nuestra única presea en el deporte ráfaga hasta la fecha, un bronce. Selección donde militó el abuelo del ex-seleccionado Román Martínez, el señor Francisco “Quico” Martínez.
Los aztecas volvieron a toparse con los polacos en los Juegos Olímpicos del ´64 en Tokio, donde derrotaron por la mínima (71-70) con seleccionados como Manuel Raga, Carlos Quintamar y Ricardo Pontvianne, bajo la dirección de Agustín García Arreola. Cuatro años después, en tierras mexiquenses repetirían la hazaña, no una, sino dos veces, primero en fase de grupos con un 68-63 y luego en la pelea por el quinto lugar, vencieron por diez unidades, 75 por 65, para concretar la tercera mejor actuación tricolor en instancia olímpica.
El último enfrentamiento indica una victoria, aunque se desconoce el score final, en 1990, dentro de la William James Cup en la final.
De tal manera, México se verá la cara con un rival que no conoce a profundidad y cuyo juego lo ha catapultado por encima del nivel nacional tras 31 años de no medirse en un cara a cara. ¿Quién obtendrá el triunfo?
