Una figura emblemática del baloncesto europeo está de regreso en el banquillo del Real Madrid. Con una trayectoria repleta de títulos, carácter y experiencia internacional, su vuelta marca el inicio de una nueva era para el club blanco. Se trata de Sergio Scariolo, quien fue anunciado oficialmente como nuevo entrenador del primer equipo de baloncesto.
La historia entre el italiano y el conjunto merengue vuelve a escribirse más de dos décadas después. Este 3 de julio, el club hizo oficial su incorporación como técnico principal, con un contrato que lo vincula hasta junio de 2028. El anuncio no pasó desapercibido: no se trata solo de un cambio en el banquillo, sino de un giro estratégico en busca de retomar la hegemonía europea.
Sergio Scariolo, de 64 años, ya sabe lo que es dirigir al Real Madrid. Lo hizo entre 1999 y 2002, etapa en la que conquistó una Liga ACB y dejó una huella reconocible en la identidad táctica del equipo. Sin embargo, el entrenador que hoy regresa es una versión evolucionada: más curtido, más laureado y con un palmarés que lo ubica como uno de los técnicos más exitosos de la historia del baloncesto español.
Durante su histórica gestión al frente de la selección española, Scariolo acumuló cuatro títulos del Eurobasket (2009, 2011, 2015 y 2022), un campeonato del mundo (2019) y dos medallas olímpicas (plata en Londres 2012 y bronce en Río 2016). Además, sumó experiencia en la NBA como asistente técnico de los Toronto Raptors, con quienes se coronó campeón en 2019. A lo largo de su carrera, ha demostrado una gran capacidad de adaptación, liderazgo y lectura táctica en los momentos decisivos.
En su presentación como nuevo técnico madridista, no tardó en enviar un mensaje claro: “La mirada tiene que estar siempre puesta en la excelencia”. Una declaración de intenciones que refleja la exigencia con la que encara este nuevo desafío. Scariolo destacó la importancia de abandonar la zona de confort, de desafiarse a uno mismo y de fomentar una cultura competitiva basada en el trabajo, la disciplina y la ambición constante.
Aunque su incorporación efectiva será después del Eurobasket de este verano —el que marcará su despedida oficial del banquillo de la selección—, la planificación ya ha comenzado. Y no será una tarea fácil. El nuevo proyecto blanco arranca en medio de una renovación profunda, marcada por la salida de nombres importantes tanto en la cancha como en el banquillo. Entre las bajas más sonadas están las de Dzanan Musa, quien continuará su carrera en el Dubai BC; Hugo González y Eli N’Diaye, que han dado el salto a la NBA con los Boston Celtics y los Atlanta Hawks respectivamente; además de Serge Ibaka.
En paralelo a estas salidas, comienzan a surgir rumores sobre posibles incorporaciones de alto impacto. Uno de los que más fuerza ha tomado en las últimas horas es el del escolta estadounidense Lonnie Walker IV, quien estaría en negociaciones avanzadas para unirse al Real Madrid. Con pasado reciente en equipos como Los Angeles Lakers y Brooklyn Nets, su fichaje significaría un golpe mediático y deportivo, reforzando el perímetro del equipo con potencia atlética y anotación exterior.
Junto con Scariolo, también se anunció el nombramiento de Sergio Rodríguez, “El Chacho”, como nuevo director deportivo del equipo, en sustitución de Alberto Herreros. Rodríguez, leyenda reciente del club, será una pieza clave en la estructura deportiva que buscará devolver al Real Madrid a la cima del baloncesto europeo.
En un mensaje dirigido a la afición, Scariolo se mostró ilusionado y comprometido con el reto:
“Estoy muy ilusionado con este nuevo reto y con volver al club. Espero que podamos pasar muchas tardes bonitas juntos a partir de septiembre”.
El regreso de Scariolo no es una simple vuelta a casa. Es una declaración de ambición por parte del Real Madrid, que apuesta por un técnico de élite para liderar una nueva etapa. Con su llegada, el club no solo busca resultados, sino también una identidad competitiva sólida, exigente y ganadora. En el Madrid, no basta con competir: hay que hacerlo al más alto nivel. Y con Scariolo, la excelencia vuelve a ser la meta.
